Ever guarda un secreto: puede oír los pensamientos de todos los que están a su alrededor, ver su aura y descubrir su pasado con solo tocarles la piel.
Abrumada por la fuerza de este extraño don, vive encerrada en sí misma y solo tiene dos amigos, los excéntricos Haven y Miles.

Este libro me lo habían recomendado muchas veces y tenía una gran necesidad de leerlo. Esto me generó unas altas que expectativas y la verdad es que me ha dejado con el suficiente buen sabor de boca como para continuar con la saga.
La protagonista, Ever, se encuentra en una situación un tanto crítica, ya que ha perdido a su familia en un accidente de tráfico y no termina de superar su ausencia. A mí ella me ha parecido la típica chica adolescente de una película americana, la chica rara con un apodo ridículo a la que todos los de su instituto evitan excepto los otros raros (sus amigos) y que hace años perteneció al grupo de animadoras y poseía un gran número de amigos y gente cercana que la admiraba... ¿me entendéis?

Aunque la historia me ha gustado, no pude evitar echar de menos algunas emociones más, sobretodo de cara al final, ya que no terminé el libro con una sonrisa o con pesar...ni siquiera con un breve suspiro. El ritmo de la novela es ágil, la narración me ha parecido muy fluida y la historia es bastante buena y ha conseguido engancharme desde el primer capítulo.
Recomiendo este libro a todos los adolescentes que busquen una lectura ligera pero intensa, con un toque de magia y sangre.