El sueño de Frankie (Pauline Fisk)

Enseñado en IMM-Octubre

Charis es una niña solitaria de familia humilde. Su refugio es Castle Cove, un lugar medio en ruinas en un acantilado. Allí ha construido su guarida, y hasta ha colgado un póster de Johnny Depp. Un día encuentra a Frankie, la chica más rica de la ciudad. Incomprensiblemente, se hacen amigas y juntas amueblan –a Frankie le sobran muebles— su cueva, hasta se inventan un lenguaje secreto. Todo va bien hasta que Frankie confesa a Charis que pierde sangre; al principio, las dos están muy emocionadas, pues creen que le ha venido la regla, pero el diagnóstico es otro: Frankie tiene cáncer. A partir de allí se suceden las operaciones, los tratamientos, y los mensajes por email, pero también el distanciamiento entre las dos niñas, los problemas entre los padres de Frankie, que afrontan la enfermedad de forma diferente, etc. 
Charis recuerda que Frankie le contó una vez que tuvo un sueño, volar, y decide, como sea, hacerlo realidad.
 
Editorial Montena
200 páginas
ISBN: 9788484415350
p.v.p: 12,95€
Empecé y terminé el libro en la misma noche. Leerlo me llevó unas horas que no podía interrumpir por nada del mundo...
Es una historia tan bien llevada y tan bonita y simple que no puedes parar de leer. ¡Así da gusto! Es un libro que me recordó bastante a Bajo la misma estrella (reseña) por la temática y la insistente intención que tienen los protagonistas de hacer realidad un sueño.
El libro, aunque su formato no lo parezca, es una especie de diario. Charis, empieza a escribir la historia de su amiga Frankie para una tercera persona (en ningún momento especifica quién, más bien, lo apunta para que nunca se le olvide. Ni siquiera a ella misma). Empieza hablándonos de ella y de cómo conoció a Francesca Diana Bradley (Frankie), hija de la familia más adinerada de Dartmouth, llegando a convertirse en mejores amigas. Tienen más o menos la misma edad, aunque no saberlo con exactitud es una cosa que me ha desesperado, ya que en ocasiones da la impresión de que son muy niñas y sólo piensan en jugar y otras, sin embargo, te da la sensación de que son muy maduras y hasta piensan en los chicos de forma seria y adulta (''estoy deseando que me ponga las manos encima''). Sea como fuere, el libro las define como pre-adolescentes, aunque no entienden bien las cosas que están sucediendo a su alrededor, viviendo ajenas de su verdadero significado. 
Frankie enferma, deja la escuela, se siente débil y se da cuenta de que su único apoyo es Charis. A pesar de que la familia de una no se lleva bien con la otra y les prohíben ser amigas, luchan por su amistad llamándose y viéndose a escondidas. Hacen escapadas a su rincón mágico, Castle Cove y pasan el máximo tiempo posible juntas. 
Se dan cuenta de que por mucha gente que tengan a su alrededor ofreciendo ayuda, ninguna va a saber entenderlas ni complementarlas tan bien como una a la otra. Se necesitan. Y aunque pasan por rachas malas (debido a los cambios de humor de Frankie debido a su estado) siempre terminan haciendo las paces.
Algo que me puso muy triste es ''ver'' la evolución de la enfermedad de Frankie. Charis la notaba diferente, débil, sabía que no estaba bien, y seguía haciendo todo lo posible por ella. Hasta cumplir la promesa de hacerla volar...

Fue el empeño de Charis y las verdaderas ganas de cumplirlo, a pesar de sus pocos medios, lo que me motivaba a mí también.
Estoy segura de que de un modo u otro lo hubiera logrado igualmente, ya que nada hay más fuerte que el poder de una promesa entre dos amigas de verdad.

Este libro es una lucha continua, y no sólo contra una enfermedad, sino por la amistad, la vida, la risas, el vuelo y la libertad.
Si te gustó Bajo la misma estrella, de John Green, no dudes en leer esta preciosa historia de dos amigas cuyo sueño es volar por encima de todo. 
Absolutamente todo.